domingo, 21 de febrero de 2010

Nadie se ha quedado sin su vivienda pública, por falta de hipoteca


Corría el mes de Mayo de 2005, en plena ebullición de la burbuja inmobiliaria, cuando se concedían hipotecas con pasmosa facilidad, Enrique Cascallana concedió una entrevista al diario El País, donde hizo la siguiente declaración:

El País: Muchos jóvenes con contratos precarios se quedan fuera de los pisos de protección oficial porque hay otros solicitantes que están peor que ellos económicamente

Enrique Cascallana: Eso ocurre si se adjudican por puntos. En el Ensanche Sur se hará por sorteo. Los beneficiados tendrán la ventaja de que no necesitan aval bancario para pedir el crédito. Emgiasa será el avalista.


En aquel momento, poca gente prestó atención a estas palabras, dado que los bancos concedían casi con los ojos cerrados financiación para la adquisición de vivienda pública. Pero pasó el tiempo, y la crisis subprime de 2007 en EE.UU, junto con la crisis financiera de 2008 y el estallido de la burbuja inmobiliaria, provocaron un brusco cierre del grifo crediticio para las familias y empresas.

Los efectos de la crisis no tardaron en llegar al Ensanche Sur, y los primeros que lo sufrieron en sus carnes fueron los adjudicatarios de la primera fase. Mientras que en Julio de 2006 eran todo facilidades para quienes necesitasen los 9.630€ de la entrada del piso, a partir de Septiembre-Octubre de 2008 empezaron las pegas y las malas caras hacia aquellos jóvenes con una economía humilde, que sin embargo años atras eran solventes para el banco.

Llegamos a 2009, con una banca muy temerosa a la morosidad, y los bancos empezan a denegar hipotecas, o a exigir avales o condiciones leoninas para su concesión. Se han dado casos surrealistas, como el de una persona que le denegaban la subrogación de la hipoteca, pero le concedían dos préstamos al 6% TAE, hipotecando su vivienda en el Ensanche Sur, y el piso de sus padres.

Aunque a pesar de todo, más del 90% de las hipotecas fueron concedidas, unos 100 jóvenes aproximadamente quedaron desahuciados por el banco, el cual no les ofrecía otra solución que irse a otro banco, o renunciar al piso. Estos jóvenes, por sus circunstancias económicas, estaban destinados a perder su vivienda pública en Alcorcón. Pero la promesa hecha por el alcalde cuatro años antes, no había sido en vano.

Cuando muchos dudaban, cuando las circunstancias económicas se habían empeorado, Enrique Cascalla, fiel a su palabra, acude al rescate de todos aquellos jóvenes que por no tener avales, tenían denegada la hipoteca.

Tal y como había prometido Enrique Cascallana, ningún adjudicatario se quedó sin piso por falta de hipoteca. En Mayo de 2009, los aproximadamente 100 jóvenes desahuciados por la banca, firmaron su escritura de compra-venta y tuvieron sus llaves como el resto. La eficaz solución dada, consta de una cláusula donde el adjudicatario se compromete a pagar mensualmente a EMGIASA, como si estuviera pagando la hipoteca. Dado que EMGIASA es titular de las hipotecas, que no se pueden subrogar por falta de consentimiento de la banca, la empresa pública de la vivienda sigue pagando esa hipoteca, con el pago mensual comprometido con el adjudicatario.

Esta novedosa fórmula de financiación, permite eludir el endurecimiento de las condiciones crediticias. Es una sistema justo para ambas partes, que permite al adjudicatario pagar su vivienda pública como el resto, y además protege al ayuntamiento contra impagos, dado que el adjudicatario que no quiera o no pueda pagar, tendría que devolver el piso. Ya que el adjudicatario ha abonado previamente el 20% + IVA de la vivienda (unos 30.000€ aproximadamente), esto sirve como eficaz garantía para el ayuntamiento, ya que en caso de impago, el adjudicatario que tenga que abandonar el piso lo hará de buen grado, si no quiere perder todas las cantidades previamente abonadas como indemnización.

Alcorcón se sitúa como referente nacional en materia de vivienda pública. No sólo por el amplio volumen de vivienda edificada, sino por sus condiciones financiera únicas, que permiten a muchos jóvenes tener acceso a una vivienda, que en otro caso no tendrían por falta de hipoteca. A fecha de hoy, son casi 200 jóvenes quienes han escriturado su vivienda sin tener hipoteca con ningún banco, pero con el compromiso de pagar mensualmente a EMGIASA.

Gracias al acierto visionario de Enrique Cascallana, que anticipó en 2005 una medida tan necesaria hoy, se puede decir que ningún adjudicatario de vivienda pública en Alcorcón se ha quedado sin piso por falta de hipoteca. Algo que lamentablemente, no pueden decir en otros municipios españoles.

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